La cooperativa láctea Manfrey, con su moderna y pujante estructura fabril en la localidad de Freyre, festeja sus 80 años de vida. Su presidente, Ercole Felippa, es un referente inelulible de la lechería argentina y actualmente preside el Centro de la Industria Lechera. En una entrevista exclusiva, nos cuenta de las distintas crisis que debieron atravesar como empresa y merced a la perseverancia de sus fundadores y a los valores cooperativistas, nunca dejaron de avanzar.
El acontecimiento excede el número de los 80 años para convertirse en la caja de resonancia de una historia que incluye valores, sacrificios, personas y crecimiento social y económico para una población que con sus 8.000 habitantes es referente de la lechería regional. En los actos celebratorios quedó reflejado el hecho de perdurar a lo largo de 8 décadas en contextos casi siempre complejos donde el valor de no bajar los brazos adquiere una trascendencia universal. Una historia de solidaridad compartida que ejemplifica el sistema cooperativo como el GEN de hacer posible lo difícil por sobre las dificultades.
Pocas veces se dan aniversarios tan significativos que atraviesan varias generaciones incluyendo transformaciones tecnológicas que han sido incorporadas a una actividad tan básica y esencial como es producir leche y ponerle valor agregado que trasciende a la región y se llega a otras latitudes.
Nuestro Agro, que está cumpliendo sus primeros 30 años, ha visto crecer a Manfrey en tres décadas. Ha estrechado vínculos con productores y dirigentes y una especial relación con quien es hoy el presidente de la cooperativa, Ércole Felippa, quien en el acto aniversario fue reconocido por sus virtudes como líder cooperativista y dirigente en la provincia de Córdoba. El acto contó con la presencia del intendente de la ciudad de Córdoba y gobernador electo de la provincia, Martín Llaryora; el intendente de Freyre, Germán Baldo; el ministro de Industria, Comercio y Minería de la provincia de Córdoba, Eduardo Accastello; el ministro de Agricultura y Ganadería de la provincia de Córdoba, Sergio Busso; el director nacional de Lechería, Arturo Videla; el secretario de Coordinación Territorial de la provincia de Córdoba, Augusto Pastore; el diputado nacional Ignacio García Aresca; legisladores provinciales, autoridades municipales, policiales y de entidades agropecuarias, cooperativas y mutuales de la localidad y la región.
A lo largo de una charla que se prolongó por dos horas, Felippa atendió al periodista de este medio con la sencillez que lo caracteriza y la garantía de su palabra ajustada a la realidad que transita su empresa y la lechería en general.
Una empresa que se reinventa
“Para quienes hoy estamos conduciendo la cooperativa no deja de ser un momento de gran satisfacción y mucho orgullo poder conmemorar estos primeros 80 años. Son 80 años donde nuestro país estuvo signado de situaciones complejas, en donde prácticamente las normas fueron situaciones de crisis y la excepción fueron las situaciones normales. Pero aun así en medio de un contexto extremadamente complejo, Manfrey no solamente logró sobrevivir a las distintas crisis, sino que además se consolidó y creció en medio de este escenario complejo”, describe Felippa y amplía el concepto: “es bueno analizar por qué en contextos iguales, hay empresas que les va bien y a otras no tanto. Hay un hilo conductor y tiene que ver con aspectos que en la mayoría de los casos, primero son totalmente ajenos al contexto y que tiene ver mucho con aspectos internos y con lo que llamamos actitudes blandas. Eso tiene que ver con la actitud, con la pasión, con la manera en que se encara la realidad. Manfrey desde sus orígenes, donde nace como una cooperativa de segundo grado, donde se acopiaba la crema que se producía en las distintas cremerías para hacer manteca. Que al poco tiempo de haberse puesto en funcionamiento, se exportaba. Lo que para el momento fue muy bueno, años después terminó siendo la causa de una fenomenal crisis. Porque se tenía un único producto y con un mercado que prácticamente era único, como el mercado de exportación. Y eso obligó a repensarse como cooperativa y ahí es donde se empieza a diversificar productos y mercados.
Nuestro Agro (NA) – ¿ Cómo se salió de esa coyuntura?
Ercole Felippa (EP) – Cuando uno analiza la historia de esta cooperativa, hubo momentos claves en donde se pasaron situaciones extremadamente complejas. Cuentan que si se analizaba en ese momento, la empresa estaba quebrada. Gracias al apoyo de los productores, que estuvieron 4/5 meses sin cobrar la producción, la cosa se pudo sacar adelante. Esto fue en la década del ’60. Mi papá fue presidente en esa época. Donde hubo un gran desbande de cooperativas (de 18 cooperativas, quedaron 9). Fue un momento bisagra en la historia de Manfrey. En ese momento hubo que reinventarse. Manfrey (sigla: Manteca Freyre) nace como una empresa productora de manteca. Era elaborar la producción de cada asociado y comercializarla. En la década del ’60 se cae a nivel global la demanda de la manteca. Técnicamente estaba quebrada; no tenía ninguna chance porque no podía vender, no podía pagar. Con lo poco que vendía le pagaba a cuenta al personal.
Hubo que diversificar. Primero se empieza con la leche fluida en botella y después con una quesería. Después, ya más acá en el tiempo, en la década del ’70 donde la estructura comercial de Manfrey era a través de algunos representantes en distintas provincias. Se vendía a comisiones y por ahí el representante trataba de vender los productos que más facturaban. Y eso también fue un hito en la historia de la empresa, se empezaron a crear los centros de distribución propios. Primero fue Córdoba, Santiago del Estero, Santa Fe, Tucumán, Resistencia, Buenos Aires. Eso permitió tener un canal de distribución propio que nos permitió mejorar enormemente el mix de venta de nuestros productos.
Rumbo a la leche en polvo
“El hecho fundamental, es que quizás la gente que tomó la decisión en su momento no tenían noción del verdadero significado” acota Felippa: “a fines de los ’80 se construye la primera planta de leche en polvo. Manfrey fue una de las empresas del país en pensar la leche en polvo y fue una de las últimas en llevarlo adelante. Cuando aún solo elaboraba manteca había tenido una propuesta de una multinacional norteamericana de construir una planta de leche en polvo. Y en ese momento, por distintas razones que desconocemos, no se llevó a un acuerdo. Haber construido esa planta de leche en polvo, le permitió a la cooperativa retomar el camino de la exportación que lo había discontinuado cuando deja de exportar manteca, se comenzó exportando leche en polvo a Chile.
“Los productores siempre acompañaron”
“Siempre está el productor fiel a la cooperativa, que está compenetrado con el movimiento cooperativo. Freyre en general es una localidad donde yo diría que el 100% de la actividad económica local o el 99%, está en manos de cooperativas. Además de Manfrey, tenemos la otra cooperativa que es consignataria de hacienda, acopiadora y demás. El productor local es un productor muy comprometido con el sistema cooperativo. Tenemos una mutual, la cooperativa de servicios públicos que es la que provee servicio de telefonía, de agua, de gas” y completa: “más allá de las distintas crisis que se vivieron a lo largo de la historia, cada una de aquellas permitió salir fortalecido y sumarlo como un proceso de aprendizaje. Más cerca en el tiempo las distintas crisis financieras que también nos han impactado”, asegura Felippa que hoy afortunadamente podemos mostrar una empresa cooperativa sólida, consolidada con un nivel de inversiones importante en los últimos años, con un nivel de endeudamiento muy bajo, para lo que es la media de la industria láctea. Siempre creciendo y reinvirtiendo permanentemente, generando un círculo virtuoso en donde no solamente es bueno para quienes estamos dentro, sino que termina siendo para nuestra comunidad un motor económico y social importante, con más de 500 puestos de trabajo, con una cantidad importante de proveedores.”
Transformaciones que sufrió la lechería a partir de los ’90
Este dirigente cooperativista recuerda que ingresó a la cooperativa en el año ’91, siendo muy joven, el país producía en ese momento 5.000 millones de litros por año, época en donde había que importar en algunas épocas del año y en la época de la primavera se daban algunos pequeños excedentes que se podían exportar. Ese año, a nivel país, nace lo que se llamó el plan de convertibilidad, donde durante un período de tiempo en el país hubo estabilidad económica, prácticamente se redujo la inflación a la mínima expresión. Y eso también es una clara demostración que cuando hay estabilidad económica, los sectores crecen. “Creo que la lechería es un claro ejemplo, porque nosotros en diez años (del 91 al 99) duplicamos la producción, en realidad se duplicó del ´94 al ´99. Y ahí llegamos a los famosos 10.000 millones de litros a nivel nacional”.
NA – Pero semejante volumen de leche generó un gran problema.
EF – Claro, también hay que decirlo, eso fue un elemento de una gran crisis para nuestra actividad porque ya con ese volumen de producción interna, significaba que argentina ya desaparece como importador de productos lácteos, deja de ser un exportador de excedentes y se convierte en un exportador permanente. En un contexto muy particular a nivel país, porque no nos olvidemos que en el ’99, todavía había plan de convertibilidad ya herido de muerte con un atraso cambiario muy fuerte, pero que a la vez con precios internacionales de la leche en polvo que estaban por debajo de los 1.000 dólares y un dólar valía un peso. Después de la salida de la convertibilidad, el litro de leche al productor llegó a valer el equivalente a 7/8 centavos de dólar.
NA – Si recordamos el 2000/2001 tenemos una lectura donde se observa que el mensaje de productividad y estabilidad tuvo sus dificultades afectando tanto a productores como a industriales.
EF – La coyuntura fue compleja. Pero si hacemos una mirada de largo plazo creo que en ese momento le lechería creció, se hicieron muchísimas inversiones en materia de plantas de leche en polvo porque uno de los problemas que había en ese momento en la industria, era que la capacidad instalada de secado no era suficiente como para absorber el crecimiento. Estaba limitada y lo que no se exportaba como polvo, había que hacer otro producto. En ese momento lo que se exportaba como queso era muy poco, porque básicamente el grueso de las exportaciones era leche en polvo entera. Y ahí empieza otro proceso de la lechería, donde hubo muchas inversiones tanto a nivel industrial como a nivel primario, entrando al siglo XXI, incluso en los sistemas de pago, donde hasta unos años antes se pagaba por kilo de grasa butirosa. Se bonificaba si había pared con estucado, si había refrescado (existían las piletas donde se ponían los tachos para refrescar la leche), luego se hacen obligatorios los equipos de frío, se extienden las líneas de electrificación rural. Nosotros para incentivar para que la gente se conecte con la línea y ponga los equipos de frío bonificábamos el 20%.
“La escala no define el éxito”
NA – Muchas veces decimos que la lechería no crece.
EF – Cuando nosotros miramos, yo creo que la lechería fue creciendo (poco), pero creciendo. En todo este proceso hubo una importante desaparición de tambos. Si bien el crecimiento en términos de producción de país, fue un crecimiento bajo, pero cuando lo analizamos de manera individual, el crecimiento fue alto porque se fue concentrando. Y claramente vemos como a nivel primario, hay una concentración en la producción, mientras que a nivel industrial vemos una atomización.
Hubo una época, allá por finales de los ’90 que parecía que aquella industria que no tuviera determinada escala no era viable. Y la realidad terminó demostrando que no era tan así. Hay que poner mucho foco en la eficiencia, en la competitividad de cada una de las compañías. Si vas a salir a competir al mundo con un producto como la leche en polvo, tenés que ser muy eficiente. Pero la realidad demostró que hay una alta atomización industrial, hay más de 700 industrias registradas. Y hay un número de industrias importantes no registradas (algo como 300 más). Y eso en realidad lo que está diciendo también de que no necesariamente pasa por la escala. La escala es importante, no es el único elemento que hay que tener en cuenta. Cuando uno hace un mono producto, la escala es clave. Cuando uno diversifica, por ahí la escala es secundaria. Es cierto que vivimos en argentina. Y hoy, para hacer un mono producto hay que ser muy eficiente.
NA – ¿Hay que admitir que existen asignaturas pendiente en la lechería nacional?
EF – Sí, el otro tema que me parece es la gran materia pendiente que tenemos, en el sector debemos tener una agenda de competitividad. En esa agenda tenemos un montón de factores que son exógenos que tienen que ver al contexto (tipo de cambio, presión impositiva, financiamiento, acceso a mercados). Pero tenemos cuestiones endógenas, que hacen a la competitividad del sector. Y ahí vemos que existe una enorme brecha. Se observa que a lo mejor entre dos productores vecinos, hay una brecha de productividad enorme. No hay precio que pueda cubrir todo eso (ineficiencia). Y hay también productores que son pequeños, que tienen baja escala que con 50/60/70 ha están produciendo muy bien. Muchas veces no es todo tecnología, básicamente es gestión. El productor en general no se dedica a la gestión. Vimos la falta de datos de registro por ejemplo de mortandad de terneros, el aspecto productivo, el tema en la reposición. Nosotros implementamos un sistema que se llama SIGA (Sistema Integral de Gestión Agropecuaria) que simplemente lo que hacemos es pedirle al productor que registre datos, nosotros los procesamos y en la devolución que le hacemos, le mostramos su realidad, la del promedio, el máximo y el mínimo. Porque él se puede comparar, el que está mejor, el que está peor y el promedio. Vemos claramente cómo esos productores que están dentro del programa voluntariamente, van marcando la diferencia”.
“Una buena gestión es fundamental”
NA – ¿Qué importancia le adjudica la empresa a la incorporación de tecnología?
EF – Si bien en los procesos productivos hemos incorporado tecnología, y hasta hay líneas que están robotizadas. Pero hay aspectos en la actualización tecnológica que para mí son tan o más importante que una máquina. Que tienen que ver con aspectos que hacen a una buena gestión, un sistema informático que nos permite obtener una cantidad de información que te ayuda a una mejor gestión. Un sistema integrado de logística donde se pudieron derribar esos preconceptos que tenía la entidad que no se podía planificar. Desde hace varios años venimos trabajando en un sistema que nos permite planificar la demanda y con márgenes de error cada vez más pequeños. Más allá de los fierros que pudimos incorporar en la planta, las tecnologías de gestión son importantes porque son las que permiten obtener una cantidad de información importante. Tener un tablero semaforizado y eso es lo que permite tomar mejores decisiones.
Con el SIGA lo que tratamos es que el productor también tenga gestión, aparte todo es mucho más sencillo. Tenemos una serie de comandos y lo tenemos semaforizados en cada área y se van realizando las correcciones que hay que hacer.
Medidas que no favorecen
Hoy industrializamos 200 millones de litros por año. Es casi toda leche de nuestros asociados pero hay algo de leche de terceros y nos aportan 100 tambos, incluidos 6 tambos propios. Contamos con 535 empleados (eso incluye centros de distribución y la producción primaria). Facturamos 3.000 millones de pesos mensuales. En exportaciones estamos por debajo de la media histórica, por una decisión propia. Hemos apuntado a desarrollar un mercado de productos frescos que tiene una construcción mayor. Y exportamos el dulce de leche. Pero si lo miramos en términos de facturación no llega al 10%. A partir del mes que viene vamos a exportar leche en polvo, porque lo que no absorbe el mercado hay que sacarlo afuera, con un pésimo negocio. No se cubren los costos. Precisamente por esta razón, con el CIL queremos que nos metan dentro del programa “dólar lechero” o lo que sea. Conceptualmente no apoyamos los dólares diferenciales. Pero si no se exporta con un dólar de 300 y pico de pesos y que a la vez se corrijan el tema de retenciones y demás, vamos a entrar en situación de crisis grave. En términos generales, hay un nivel muy importante de stock, mucho más alto. No es que el precio sea bajo, si hablamos de más de 3.000 dólares la tn es un precio bueno, lo que pasa que estamos exportando con un dólar irreal de 200 y pico de pesos más el 9% de retención. Y además tampoco hay fluidez de negocios. No hay operaciones. Brasil no está comprando. Cuando uno analiza los números de China con respecto al año anterior, hay una disminución alrededor del 14% menos de compra, pero cuando ves la leche en polvo entera, es como más del 30%.
Preocupa la informalidad
La pregunta ineludible estuvo presente en la conversación con Ércole Felippa: ¿Qué reflexión hace sobre la lechería nacional en el actual contexto?
E. Felippa: “la lechería argentina tiene un enorme potencial. Ahora decir que la lechería nuestra tiene potencial y no hacemos los deberes que tenemos que hacer, ese potencial no lo vamos a aprovechar nunca. Argentina tiene condiciones naturales para producir una leche a menor costo que lo que pueden producir otros competidores nuestros a nivel global. Una actividad con el nivel de informalidad que tiene, es imposible de ordenarla. La informalidad es un factor de distorsión. Por otro lado, está la necesidad de que haya políticas activas para el sector. Más allá de la denominación técnica que se le quiera dar, yo creo que técnicamente no es una economía regional porque leche se produce en muchísimas provincias, aunque tiene las características de una típica economía regional. Es un sector que lamentablemente a nivel gobierno no se le da la importancia que tiene. Ya sea como un sector que puede aportar un número importante de divisas en materia de exportación sino por lo que significa en términos de desarrollo interno. Un generador de empleo genuino, de arraigo en su lugar de origen de muchísimas personas, un sector que es un gran multiplicador de puestos de trabajo.
La gran materia pendiente que tenemos es tener una agenda positiva entre los principales eslabones que componemos la cadena junto con los gobiernos provinciales y nacionales, en adoptar trabajos como los que está haciendo la FUNPEL como órgano técnico, pero hace falta desde la política generar las condiciones para realmente darle al sector las herramientas que necesita para crecer. Y no tenemos que tenerle miedo a los debates que hay que darlos. Podemos tener distintas miradas, pero hay que empezar a construir consenso, confianza. La producción primaria y la industria tienen que tener una agenda común de temas. No podemos tener una industria fuerte con productores fundidos y viceversa. Debe estar el compromiso del estado para trabajar sobre la informalidad y acompañar el acceso a mercados. Si logramos eso la lechería está compitiendo de igual a igual con otras actividades y si logramos eso las condiciones que tiene de ser un proveedor global. Argentina tiene que exportar un 60%, no un 20. Pero cuando exporte que no sea por una gran crisis del sector.
No es habitual que en Argentina una empresa cumpla 80 años. Menos aún una empresa industrial cooperativa. Manfrey que absorbe los tambos que no siguen, no digo que sea una solución, pero sí es un antídoto para el avance de la agricultura. Tenemos seis tambos propios, nuestra idea es seguir avanzando y ya tenemos una estructura propia, este año tuvimos la satisfacción de poner en marcha un tambo modelo con ordeño robotizado, es un gran paso. Recogemos 45.000 litros por día, el objetivo es producir 100.000 litros en un sistema totalmente estabulado. Eso le va a ir un tiempo porque hay que hacer inversiones muy fuertes.
Diversificar con valor agregado
Nosotros desde hace algunos años pusimos en marcha lo que se llamó Manfrey 2025 y hoy ya es “Manfrey 2030”, donde hemos definido todo un trabajo estratégico. Pusimos énfasis en crecer en aquellos productos de mayores construcciones -yogures, leche fluida, postres, flanes, dulce de leche, entre otros-. Y eso también da mucho más presencia con un sistema de distribución que podemos llegar al consumidor con costo relativamente bajo. Tenemos como política tener un determinado porcentaje en las grandes cadenas. Actualmente procesamos 480.000 litros por día.
¿Qué necesita el sector?
Durante una breve conferencia de prensa, previa al acto, en un salón de la planta industrial, fueron anfitriones Ercole Felippa acompañado por Martín Llayora, consagrado recientemente como nuevo gobernador de Córdoba para darle continuidad a la gestión de Juan Schiaretti, quedaron bien marcados un par de conceptos.
Le preguntaron al presidente de la cooperativa: ¿Qué necesita el sector? Y la respuesta fue: “el sector no es ajeno al contexto macroeconómico, lo primero que yo diría es que desearíamos un escenario macroeconómico estable, con reglas de juego claras, estables en el tiempo, que nos den previsibilidad, un sector que tiene mucho por hacer y crecer, que indudablemente el contexto complejo en el que se desarrolla esas condiciones no están dadas. Cuando analizamos cuestiones que tienen que ver con la competitividad hay factores que son exógenos, que tienen que ver con el contexto e intrínsecas a cada una de las organizaciones, es decir que nosotros debemos trabajar sobre las cosas que podemos cambiar, no por las que no podemos cambiar. Yo diría que, en primer lugar se necesita una macroeconomía estable, previsible, un contexto país que dé previsibilidad. El otro tema que para nosotros hay que abordarlo si o si, es la informalidad en el sector, en estas condiciones es imposible generar condiciones de crecimiento y obviamente, trabajar los dos principales eslabones que componen la cadena que es el sector primario y el sector industrial, con una agenda común de temas y no estar peleándonos y echarle la culpa al otro”.
Habrá un ministerio para las cooperativas
Por su parte, el nuevo gobernador electo así se expresó: “para mí es una gran satisfacción estar hoy aquí, venir a Freyre, en este caso como recién electo gobernador, en donde tengo tantos amigos, estoy en la escuela del trabajo, venir y estar acompañando los 80 años de Manfrey que es parte de la historia de nuestra región, es parte de darle valor agregado a nuestra producción primaria, es parte de un camino de lucha, de idas y vueltas, pero siempre recordando a los fundadores, a todos aquellos que en el interior del interior, siempre dando pelea, no viendo a veces las cosas que nos faltan, sino la forma de resolverlas, de ir para adelante. 80 años son muchos y aquí vemos un mapa donde están marcados los lugares hasta donde han llegado los productos de Manfrey, nos hace sentir orgullosos. Y acompañar también a Ércole por quien tengo un aprecio especial, un hombre muy activo, que ha sido presidente de la Unión Industrial de Córdoba, siempre ha estado en distintas instituciones y ha ayudado a la industria cordobesa en cada uno de sus lugares desde la dirigencia gremial porque él ha salido, no sólo de la cooperativa Manfrey por la que siempre luchó por mejorar las condiciones de trabajo, los pedidos por obras públicas, nos acordamos de las reuniones pidiendo que llegue el gas natural, siempre hemos tirado para el mismo lado siendo como decimos nosotros, del interior del interior, necesitamos siempre de las obras que nos permitan progresar y seguir soñando. Hoy todavía soy intendente de Córdoba y ésta es mi primera salida aún sin haber asumido la gobernación, pero a Freyre donde está Manfrey y muchos amigos no puedo faltar, una ciudad que debe tener unos de los ingresos per cápita más altos del país en relación a sus fuentes de trabajo y cantidad de habitantes, es un orgullo de estar aquí porque pertenezco al departamento San Justo, y les anticipo que Córdoba será la primera provincia en contar con un Ministerio de Cooperativas que son las organizaciones que mayor trabajo generan en todos los rincones del país, esto tiene que ver con mi origen, soy del interior y conozco muy bien la labor que cumplen las cooperativas, tanto en producción como en la prestación de servicios, las cooperativas son la economía de la solidaridad, de la amistad, que enfrenta los grandes desafíos, por esta razón van a tener un Ministerio desde donde se podrán canalizar muchísimas inquietudes”.