Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) elaboró un informe para desmitificar la idea que coloca a los productores agropecuarios como formadores de los precios pagados por el consumidor final en góndola. “No es solo una falta de veracidad técnica, es también un desconocimiento pleno de cómo funciona el andamiaje productivo del país”, indicaron en el documento que muestra la incidencia de los impuestos en el precio final.
“El trigo multiplica 7 veces su precio al llegar al consumidor final y 2 son impuestos; la leche multiplica 4 veces su precio y 1 vez son impuestos; la carne bovina se multiplica 4 veces su precio y 1 son impuestos; el grano utilizado para la alimentación del pollo parrillero se multiplica 4,47 veces y 1,38 son impuestos”, aseguraron de manera contundente desde la entidad ruralista.
“Los productores gestionamos costos y no precios, establecemos nuestra estructura productiva en base a los precios que el mercado refleja para nuestros bienes, resultado de nuestra producción. Por falta de información, de conocimiento, por ignorancia o por una ideología carente de sustento y desacoplado de la realidad, se establece una suerte de ´Caza de Brujas´”, señalaron.
Desde CRA advirtieron que en Argentina hay dos componentes excluyentes en la formación de todos los precios: “los impuestos (41% de lo que cargamos en el chango de un supermercado son impuestos) y la inflación, que durante 2020 fue de 36,1% mientras que otros países como Uruguay alcanzó el 8,1%, México el 3,5%, Chile el 3,1%, Perú solamente 2,6%”
De acuerdo al Departamento Económico de CRA, desde enero de 2017 a la fecha, “la carne se multiplicó por 4,3 veces, la leche en Góndola se multiplicó 4,4 veces, el gasoil se multiplicó 4,3 veces, la canasta básica se multiplicó 4,23 veces y el dólar oficial del Banco Nación se multiplicó 5,8 veces”. Por eso, expresaron que la inflación en Argentina se genera “por las políticas monetarias, la presión fiscal y las intervenciones viciosas en las cadenas de precios”.
Por último, reflexionaron: “buscar culpables en vez de soluciones, tener diagnósticos de situación basados en posiciones ideológicas y no académicas, lleva a una caza de brujas que solo da lugar a más incertidumbre y miedo del futuro”.