Según los expertos consultados, finalmente, el océano y la atmósfera están acoplando sus efectos de manera más efectiva, lo que aumentaría el transporte de humedad desde el Pacífico hacia Argentina.
En medio de la preocupante escasez de agua en los suelos del oeste de la Región Núcleo, un rayo de esperanza se vislumbra en el horizonte agrícola argentino. Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el fenómeno del Niño podría tener un impacto más significativo de lo que se pronosticaba hace tan solo un mes, y con ello, la posibilidad de que las lluvias lleguen antes de lo previsto.
El informe de la BCR revela que el mes de agosto ha agravado la situación de sequía, especialmente en la región pampeana occidental, donde las reservas de agua se asemejan a las del año pasado. Aunque algunas zonas del país recibieron lluvias en los últimos días, gran parte del centro y oeste continuaron sin precipitaciones significativas. La falta de agua plantea un panorama desafiante a menos de un mes de la siembra del maíz.
Sin embargo, en medio de estas preocupaciones, se alza una noticia alentadora para el sector agropecuario. Contrariamente a las expectativas previas, el fenómeno del Niño ha ganado fuerza en lugar de debilitarse, como se había anticipado hace un mes. Según los expertos consultados, finalmente, el océano y la atmósfera están acoplando sus efectos de manera más efectiva, lo que aumentaría el transporte de humedad desde el Pacífico hacia Argentina.
Este cambio en la interacción entre el océano y la atmósfera se refleja en el fortalecimiento gradual de las condiciones de El Niño a lo largo de agosto de 2023, según datos proporcionados por la NOAA y otros organismos internacionales. Este fenómeno podría tener importantes implicaciones para el clima argentino, especialmente en lo que respecta a las precipitaciones.
En comparación con las proyecciones realizadas hace un mes, los nuevos datos sugieren que el fenómeno del Niño podría ser más intenso, oscilando entre moderado y fuerte, en línea con las predicciones iniciales de junio. Esto marca un cambio notable en la tendencia, y para el productor agrícola, significa una mayor probabilidad de recibir lluvias por encima de lo normal durante la temporada de siembra.
Aunque aún queda por confirmar cuándo exactamente estas lluvias podrían materializarse, el consultor de la Guía Estratégica para el Agro Alfredo Elorriaga, sugiere que es posible que la llegada del agua se adelante incluso antes de lo previsto hace un mes. Esto podría tener implicaciones cruciales para el proceso de siembra del maíz, lo que, sumado a la intensificación del fenómeno del Niño, brinda una esperanza renovada para el campo argentino en la campaña agrícola que se avecina.