Después de los DEX 0%, a la mejora en el precio “el productor la va a captar durante un tiempo más“

Desde hace mucho más de 20 años el cobro de Derechos de Exportaciones a los granos y a otras producciones agropecuarias e industriales definitivamente limitan el crecimiento. Con momentos oscilantes en las tensiones entre la producción y los gobiernos, el tema no deja de formar parte de la coyuntura del campo.
Las últimas instancias se dieron a partir del lunes 22 de septiembre, cuando el Ministerio de Economía anunció la baja completa y temporal de las retenciones granarias, hasta el 31 de octubre o hasta acumular el objetivo de siete mil millones de dólares. Lo concreto es que el miércoles 24 de septiembre por la tarde ya el ARCA exponía que el Decreto 682/2025 dejaba de tener vigencia.
Eso detonó todo tipo de especulaciones, ya que fueron cinco la cerealeras que acapararon el 80 por ciento de las operaciones, mientras que para los productores el impacto directo no fue perceptible.
Según los datos aportados por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 48 % de las exportaciones argentinas, “durante el mes de septiembre las empresas del sector liquidaron la suma de U$S 7.107 millones de dólares; implicando un 187% mayor en relación al mismo mes del año 2024, así como una suba del 291% en relación al mes de agosto de 2025, con un acumulado anual que comparado al 2024 tiene un incremento entre enero a septiembre del 35%”.
Pero para entender mejor el panorama actual, Luis Mondino, que es magister en agronegocios e integrante de la Comisión Directiva de la Sociedad Rural de Rafaela explica que el impacto inmediato fue una disparada en los precios de la soja.
Los valores pasaron de 435 mil pesos por tonelada la semana anterior a la medida, para llegar a 505 mil con la medida activa. Esto hizo que “la oferta apareciera muy rápidamente» y los exportadores, fábricas, traders, rápidamente comenzaron a anotar compras. “La sobreoferta resultante hizo que el precio bajara, quedando más o menos en los 450 mil pesos entre martes y miércoles”.
Como el objetivo se concretó, el Gobierno que «cumple con su palabra, volvió al esquema anterior».
Sin embargo, el retorno de los precios iniciales se explica en parte porque no todo fue «venta real de productores». Los exportadores anotaron ventas, pero «tienen que salir a comprar la mercadería», ya que parte de esos compromisos no correspondían a stock físico del productor. Esta situación llevó a que los precios se estabilizaran a niveles muy parecidos al inicio de la medida; de hecho, este miércoles la soja disponible con descarga en puertos de Rosario se cotizó a 495 mil pesos y ayer jueves, 490 mil pesos por tonelada.
El beneficio fue captado por quienes tenían soja guardada desde la cosecha, principalmente el productor mediano y grande, pero el pequeño productor «ya no tiene granos». Quienes aprovecharon la medida lo hicieron para «cancelar deuda o comprar maquinaria o comprar insumos», describe.
En este negocio, el acto de comprar y vender se puede diagramar como una mesa donde está el comprador y el vendedor, pero «por una particularidad local, desde hace más de 20 años, le dimos un asiento al Estado a través de las retenciones». Ahora hay tres jugadores y el Estado se lleva el «26% del precio de la soja».
Mondino agrega que aunque el mercado de commodities argentino es libre por la gran cantidad de oferentes y muchísimos compradores, «hasta que esa silla del Estado no deje de estar de forma permanente y absoluta, la cosa no va a cambiar».
La estrategia, aunque efectiva para el Gobierno en su necesidad de dólares, es vista como «una medida corto plazo y electoralista, como el dólar soja», por lo que «poner el foco en la baja puntual de retenciones, sin contar el resto, es como contar la verdad a medias».
Por lo tanto, esta mejora en el precio “el productor la va a captar durante un tiempo más”, según el dirigente, porque las cerealeras que adelantaron los pagos de las Declaraciones hechas hasta 72 horas después de anotarlas según la reglamentación, necesitan hacerse ahora de los granos para cumplir con los compradores.

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