El clima en Argentina sigue condicionando los planes de producción: ¿maíz o soja?

La soja y el maíz están en pleno foco mundial ya que se esperan las actualizaciones de producción de los mayores exportadores mundiales este viernes. Mientras tanto a nivel local, podría reducirse la superficie de maíz y aumentarse la de soja.

Como indicó el departamento GEA de la BCR, en su último informe mensual del mes de agosto, la primera estimación de área en soja es de 16,8 M ha, un 4,3% por encima del ciclo anterior. En los últimos cinco ciclos, la oleaginosa fue perdiendo casi el 20% del área sembrada; pero en 2022 se espera que la tendencia se revierta, sumando 700.000 hectáreas a los planteos. El principal factor de influencia es el clima, aunque otras razones que pesan a la hora de elegir la soja vienen dadas por los costos y la disponibilidad de insumos.

Respecto del maíz, la situación se invierte y GEA estima una probabilidad de disminución interanual del 4,7% en la superficie sembrada, pasando de 8,4 M ha en el ciclo 2021/22, a 8 M ha para la nueva campaña. Claramente los escenarios climáticos vuelven a surtir efecto como causa de esta caída proyectada, y se suma el fracaso de los maíces tempranos en la región central. Pese a los mejores márgenes que presenta el cereal 22/23 respecto de la oleaginosa, la falta de agua generalizada es el principal factor que pone en jaque la siembra de maíz temprano.

El escenario de incertidumbre desalienta aún más el cereal en favor de la soja ya que el maíz implica una mayor inmovilización de capital y mayor riesgo para el productor.

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