En la últimas semanas se constató que los trigales, en el período crítico de su desarrollo, aumentaron lenta y gradualmente la demanda de agua útil, por lo que se los observó desmejorados y con secuelas por el déficit hídrico, la secuencia de las heladas y también la amplitud térmica diaria.
Sin dudas, hay una gran diferencia en las últimas dos campañas a partir de algunos factores bien puntuales. “El contexto ambiental – menores precipitaciones, heladas, amplitud térmica diaria – limitaron nuevamente el desarrollo de los trigales en sus distintos estados fenológicos y desmejoraron sus condiciones”, revelaron.

Ante ello, se verificó que un 50 % de las parcelas se encuentran en buen estado (especialmente en los departamentos del centro norte del SEA), un 30 % están regular con diferenciación en el color de las hojas con – amarillamiento y senescencia – síntomas e indicadores de las condiciones ambientales y un 20 % directamente malo.
En los últimos días se registraron precipitaciones en varias zonas del centro norte santafesino con montos que fluctuaron entre 2 y 35 milímetros, dependiente la región. Incluso, en una “franja” del Departamento Castellanos algunos distritos sufrieron una granizada pocas veces vista, que afortunadamente no provocaron grandes daños en los cultivos.