La última medida de 2020 del Ministerio de Agricultura de la Nación no podía tener un sello más representativo de la política intervencionista que caracteriza a este Gobierno.
A través de un comunicado oficial, el Gobierno Nacional informó que desde este miércoles 30 de diciembre quedan suspendidas las registraciones de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para el maíz.
La medida rige para el producto cuya fecha de inicio de embarque sea anterior al 1 de marzo de 2021, que es cuando arranca formalmente la nueva campaña 2020/21 del cereal.
Según trascendió desde el MINAGRI, “esta decisión se basa en la necesidad de asegurar el abastecimiento del grano para los sectores que lo utilizan como materia prima en sus procesos de transformación, básicamente la producción de proteína animal como carne de cerdo, pollo, huevos, leche y feedlot, donde el cereal representa un componente significativo de sus costos de producción”.
Hasta la entrada en vigencia de esta medida, la exportación llevaba autorizadas más de 34 millones de toneladas de maíz de la campaña 2019/20 (90%), sobre un total teórico exportable de 38,50 millones de toneladas. “El objetivo de la medida es que las 4,27 millones de toneladas restantes queden disponibles para el consumo interno, con el objeto de asegurar el abastecimiento durante los meses del verano cuando la oferta de cereal tiende a escasear”, agregó el Ministerio que conduce Luis Basterra.
Queda exceptuada de esta veda el maíz pisingallo aunque se aclaró que el Ministerio “evaluará la reapertura del registro eventualmente y en función de cómo evolucione la oferta y la demanda, así como de las perspectivas de la cosecha de maíz 2020/21”.
Las primeras reacciones desde la dirigencia agropecuaria fueron de sorpresa y severas críticas a la política intervencionista de los mercados libres del agro.