El último viernes, el Gobierno nacional anunció la creación de un sistema para controlar las exportaciones de maíz y trigo. La decisión generó revuelvo en el sector agropecuario y algunas entidades que conforman la Mesa de Enlace salieron al cruce.
“La Resolución 276/2021 siembra un interrogante importante respecto a cómo se miran las libertades no solo de mercado, sino también productivas del país”, indicaron desde CRA. Desde la entidad aseguran que “no se fomenta la producción del país poniendo limites que distorsionan su crecimiento”.
En ese sentido, indicaron que el efecto de medidas de estas características se comprueba mirando solo la historia reciente, “cuando a partir de un paquete de normativas de iguales características, se produjo una fenomenal transferencia de recursos de los eslabones productivos primarios, hacia otros eslabones de las cadenas”. Y recordaron: “como resultado se vio la mayor caída en la intensión de siembra en la historia, retrotrayendo la producción nacional a índices cercanos a los de hace 100 años”
Frente a mecanismos “poco transparentes”, la dirigencia entiende que se genera “una alta dosis de incertidumbre que dispara expectativas negativas”, impactando de manera directa en los sectores productivos.
Rechazo de la Sociedad Rural
La Sociedad Rural Argentina (SRA) también se expidió por las intervenciones del Gobierno. Mediante un comunicado, indicaron que están “basadas en un arbitrario saldo exportable que genera una sobreoferta artificial deprimiendo las cotizaciones y dificultando la comercialización de los productos, además de proyectar una caída en la productividad nacional”
“Desde nuestra entidad hace meses que venimos denunciando que las autorregulaciones formales o informales, como así también un registro de exportaciones sin operatoria, o esta cuotificación para el trigo y el maíz, dañan al país y nos hacen mal a todos” agregó el presidente de la SRA, Nicolás Pino.
Por último, indicó: “cuando se distorsiona la puja natural por parte de los compradores para la exportación y el consumo interno, generan ineficiencias económicas que dan espacio a transferencias de ingresos entre distintos eslabones de la cadena. Los productores necesitamos recuperar el camino de la transparencia de los mercados, para restituir la confianza de los actores económicos”.