El relevamiento de la BCR muestra un retraso impactante de la siembra en la Zona Núcleo y anticipan una drástica caída de la inversión en el paquete tecnológico. ¿Qué escenario hay en el centro norte santafesino?
El arranque de la campaña gruesa también muestra la incertidumbre y el temor del sector productivo, a partir de una sequía feroz que golpea y fuerte. El trigo es un fiel ejemplo de la catástrofe climática (heladas tardías incluidas) y ahora le toca a los granos gruesos. La ralentización del proceso de siembra en el maíz temprano es evidente, pero ahora se suma la soja.
De acuerdo el relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario, a través de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), hace un año estaba sembrado el 50% de los lotes y en la actualidad solo el 5%.
Muchos productores optaran por una estricta economía de guerra, alertaron en el distrito de Bigand, reflejando el nivel de escepticismo existente.
Las extremas condiciones climáticas ahora ponen contra las cuerdas a la siembra de soja y el clima sigue apretando porque al menos por una semana no hay pronóstico de lluvias para la región.
Los expertos de la BCR en materia climática, como el Dr. José Luis Aiello y el consultor Alfredo Elorriaga explican que para la primera década de noviembre los pronósticos no son alentadores. «La presencia de un importante centro de alta presión que se ubicará sobre la porción central del país inhibirá la formación de nubosidad alejando la posibilidad de precipitaciones durante la primera semana del mes», advirtieron.
También es difícil que se den en la semana siguiente las tan ansiadas lluvias importantes que le den un vuelco a esta situación. «Hay un atraso muy grande. Después de lo que pasó con el trigo y con los malos pronósticos y la gran cantidad de milímetros que faltan en los suelos estamos muy preocupados», reconocieron en la zona de Cañada Rosquín.
Rever decisiones
En los lugares más castigados por la falta de agua, por la gran preocupación que hay se está replanteando la estrategia productiva, o sea el nivel tecnológico que se aplicará este año en la oleaginosa.
Los técnicos de Bigand explicaron que necesitan más de 100 mm para que las siembras sean normales y recuperar tranquilidad. «Aún no se ha podido sembrar ni una hectárea con soja», indicaron.
Y agregaron: «más de la mitad de los productores van a reducir las dosis de fertilizantes y algunos no van a fertilizar. Otros no colocarían inoculantes. Muchos productores optaran por una estricta economía de guerra. Pero desde el punto de vista técnico no acordamos. Bajo estas circunstancias debemos ser muy eficientes y defender al máximo el potencial».
En otras localidades con mayores acumulados, como en Carlos Pellegrini, el planteo agronómico del cultivo es «como un año normal, con fertilización y cuidados adecuados. Con buen uso de preemergentes».
Qué estiman en el centro norte provincial
Ante la realidad ambiental y en particular la disponibilidad de agua útil en los perfiles de los suelos, como consecuencia de las erráticas y variables precipitaciones, el productor continuó analizando el gran interrogante «siembra o no siembra», de la soja temprana.
En el relevamiento y monitoreo semanal del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA), dependiente de la Bolsa de Comercio de Santa Fe (BCSF), se observó un «tibio inicio de la implantación» en lotes que disponían de humedad para la germinación y siempre a la espera de futuras lluvias.
«Se estimó una intención de siembra de 1.000.000 ha, un incremento del 6 % con respecto a lo sembrado en la campaña anterior, que fue de 945.000 ha», indicaron los expertos.
Cabe remarcar que hasta la fecha se concretó el proceso en un 15 a un 17 % de lo estipulado, con un retraso de 28 a 30 %, es decir unas 300.000 ha no logradas.