Pese a la tendencia declinante, aún no se observan indicadores propios de una fase de retención.
Según los datos oficiales del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), con 1.053.811 cabezas, la faena vacuna de marzo en números absolutos prácticamente no mostró variaciones respecto del mes previo. Sin embargo, ajustada por días operativos, el ritmo de faena diaria resulta casi un 5% inferior al registrado en febrero ubicándose dentro de los niveles más bajos de los últimos dos años.
Claramente comparado con los máximos registrados en marzo del año pasado -bajo un escenario de plena sequía-, los números actuales muestran reducciones importantes; marzo contra marzo arroja una caída en número de animales faenados del 19% interanual o del 27%, si lo llevamos a base diaria.
No obstante, al analizar la cantidad de animales faenados en los primeros tres meses, la caída se reduce al 8%, con 3,27 millones de animales este año versus 3,54 millones en 2023, siendo junto al 2023 una de las cifras más elevadas para este primer trimestre desde los máximos alcanzados en el periodo 2009-10. Lo mismo se confirma, al analizarlo en términos relativos al stock inicial, indicador que hasta el momento no se podría asociar a una fase de retención de hacienda como la que proyectábamos para este año.
Asimismo, si analizamos la participación de hembras en la faena, vemos que los porcentajes siguen siendo elevados. Los datos de marzo muestran una faena de 212.061 vacas y 283.907 vaquillonas, que representan en conjunto el 47,1% de la faena total del mes, la segunda participación más elevada para ese mes, desde marzo de 2019 (49,2%) influenciado por una fuerte salida de vacas con destino a China.
Es precisamente esa comparación contra 2019 la que sorprende en un contexto muy diferente desde el plano comercial. A diferencia de aquel año, los compradores chinos parecen estar mucho más cómodos en su dinámica de compras, tras abrir el juego a muchos más proveedores que en aquel entonces, cuando la necesidad de abastecimiento los llevó a pagar por momentos valores muy superiores a su capacidad de compra.
Actualmente, la referencia de valores para uno de los cortes mas buscados por China como es el Garrón y Brazuelo se ubica en torno a los USD 4.150 la tonelada -según datos relevados por APEA- mientras que el año pasado, por esa misma mercadería se conseguían unos USD 6.000 y en 2019, a esta misma fecha unos USD 5.500 la tonelada.
Consecuentemente, en lo que va del mes de abril, los valores para la vaca en pie promedian los $900 por kilo, en un rango que va desde pisos de $700 para la vaca flaca a topes de $1.200 para la hacienda gorda, promedios que medidos contra el año pasado -llevado a valores de hoy- reflejan caídas de hasta un 10% real.
Asimismo, comparado con los valores registrados a igual fecha 2019, los retrocesos en términos reales se acercan al 20%.
En estos primeros quince días del mes, el ritmo de traslado de vacas con destino faena continúa incrementándose, casi un 20% más que lo registrado en marzo, de acuerdo a los datos informados el SENASA hasta las madrugada de hoy, ajustados por días operativos. Sucede que, estacionalmente, estamos recién ingresando al período de mayor salida de vacas por lo que el nivel de oferta -de no suceder nada extraño- debería seguir en aumento por los próximos 3 meses.
Un reflejo de esta estacionalidad de salida, se observa en el comportamiento de los precios que marca esta categoría de hacienda, los que justamente encuentran sus pisos hacia mediados de año, condiciente con el pico estacional de oferta.
Por lo tanto, de no mediar ningún cambio sustancial en los factores que actualmente pondera el mercado, con China manteniendo su política de compras sin grandes sobresaltos y desde el plano interno, sin mediar cambios cercanos en materia de política cambiaria, el mercado no debería encontrar factores que impulsen una recuperación del precio de la vaca durante este primer semestre del año.