El sorgo se considera como un cultivo estratégico capaz de maximizar tanto la productividad como la sustentabilidad en los sistemas ganaderos.
El Programa Prospectiva de Aapresid publicó en la última edición de su Revista mensual Nro 226 una nota del especialista José Martín Jáuregui (FCA UNL) sobre el papel estelar del sorgo en la rotación destacando sus fortalezas y la gran versatilidad de usos, dependiendo del sistema productivo y de las necesidades de cada productor.
Conociendo un poco más al comodín de los sistemas ganaderos
El sorgo se presenta como un cultivo sumamente versátil para la ganadería gracias a su capacidad de adaptarse a climas templados-cálidos, su tolerancia a la sequía y su amplia diversidad genética con una gran variedad de híbridos disponibles.
Aporta robustez y versatilidad durante los meses de verano, caracterizados por temperaturas elevadas y déficits hídricos, cuando las pasturas perennes templadas experimentan una disminución significativa en su rendimiento.
Además, ayuda a mantener y mejorar las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. Su sistema radicular profundo mejora la estructura aumentando la infiltración y la retención de humedad y reduciendo la erosión. Otra ventaja para la sustentabilidad de los sistemas, tiene que ver con su capacidad de romper ciclos de plagas, con la consecuente disminución en el uso de insumos químicos.
Comparado con el cultivo de maíz, el sorgo presenta además algunas ventajas, como su menor exigencia en fertilidad de suelos, una floración más flexible (lo que reduce las posibilidades de sufrir estrés) y capacidad de rebrote.
Un híbrido para cada uso
Los sorgos graníferos son cultivos ampliamente utilizados para la producción de granos, siendo ideales – por su alto contenido energético – en sistemas de engorde intensivo de ganado. Sin embargo, presenta puntos claves de manejo a tener en cuenta para asegurar una correcta digestión y aprovechamiento en el rumen del animal.
El sorgo para silaje ofrece una solución práctica para la conservación del forraje. Los tipos más recomendados son aquellos híbridos que proporcionan un equilibrio óptimo entre cantidad y calidad del forraje. Además, a la hora de la elección y manejo hay que tener en cuenta la digestibilidad potencial, contenido proteico y la correcta degradación de los granos por los animales.
Los sorgos diferidos para utilizarlos en pie durante el invierno es otro uso clave, especialmente durante los periodos de escasez invernal en sistemas templados y subtropicales. Se considera una alternativa que proporciona alimento de bajo costo para el ganado durante el invierno, pero es necesario tener en cuenta algunas cuestiones de manejo como utilizar un híbrido adecuado en cuanto a digestibilidad, la necesidad de complementar con fuentes de proteínas y contar con un excelente sistema de parcelas fijas o móviles.
El sorgo forrajero, empleado como verdeo estival, es un recurso valioso debido a su alta producción de biomasa y su elevada capacidad de rebrote. Pero para maximizar ese uso es crucial respetar principios como la altura recomendada para ingresar a pastorear, ajustar el tamaño de las franjas y mantener en condiciones el estado de los electrificadores y los eléctricos.
Otra de las alternativas de uso que plantea Jáuregui es el doble propósito, con sorgos que pueden ser cosechados o pastoreados según las condiciones del año y las necesidades del productor.