Ante reiteradas consultas, expertos del INTA Rafaela y las Agencias de Extensión confirmaron la presencia de Dalbulusmaidis. Desde AAPRESID y su red de manejo de plagas difundieron recomendaciones para su control.
A partir de enero de 2024, en los departamentos del centro de Santa Fe, en la EEA Rafaela del INTA y en sus Agencias de Extensión Rural, se empezaron a recibir consultas debido a la presencia de la “chicharrita del maíz (Dalbulusmaidis).
En un primer momento, ante la consulta de productores y profesionales se sugirió intensificar los monitoreos, principalmente en maíces de segunda y tardíos debido al estado de mayor susceptibilidad de estos cultivos. Entretanto, los profesionales de las Agencias de Extensión comenzaron a realizar mayor cantidad de monitoreo de lotes y poner atención especial sobre esta plaga. Como resultado, se confirmó la presencia de D.maidis en la mayoría de los lotes monitoreados en los departamentos San Jerónimo, San Martín, Castellanos, San Cristóbal, San Justo y Las Colonias.
Reconocimiento y estrategias para su control
La Red de Manejo de Plagas de Aapresid detalló que se trata de un insecto muy pequeño, de no más que 3 a 4 mm. El adulto es color crema translúcido con dos puntos más oscuros sobre la cabeza, con las alas más largas que el abdomen. Puede tener al menos siete generaciones desde septiembre a mayo. Los inviernos benignos de los últimos años podrían haber favorecido a la supervivencia en cultivos como trigo, cebada, avena, centeno, pasturas y diversas malezas para luego colonizar el maíz siguiente.
Su monitoreo no es fácil, debido a su tamaño, movilidad y localización, principalmente en cogollos u hojas nuevas. Los especialistas recomiendan acercarse cuidadosamente a monitorearlas evitando cambios de luz, ya que eso las altera, se mueven y no se las puede visibilizar. El umbral de control se alcanza con tan solo uno a dos individuos por cogollo de maíz. No obstante, la sola ocurrencia de la chicharrita no indica necesariamente la presencia de la enfermedad. La proporción de infectados suele estar en torno al 10% o menos. Se recomienda seguir de cerca la evolución de la población para manejar la enfermedad.
Manejo integrado
Hoy no existen estrategias con efecto curativo sobre el daño causado por esta enfermedad, por lo que la prevención es la única herramienta posible para manejarla adecuadamente. Las herramientas más importantes son:
Evitar realizar maíz sobre maíz, concentrar lo más posible la fecha de siembra (evitando la siembra de escalonada) y eliminar plantas “guachas”, para minimizar la sobrevivencia de la chicharrita. Asegurar una nutrición balanceada del cultivo y diversidad en la secuencia de rotaciones.
Uso de insecticidas: el vector puede ser controlado mediante la utilización de terápicos de semillas sistémicos que protegen al cultivo desde la emergencia hasta V2-V3. A partir de allí se pueden realizar aplicaciones hasta V8. Al día de la fecha no hay productos registrados en nuestro país para el control de Dalbulus maidis. Se está viendo que su control químico no es tan sencillo y que dosis normales de piretroides en mezclas con neonicotinoides en 3 o hasta 4 aplicaciones continuadas no serían suficientes para reducir el número de insectos.
Genotipos tolerantes a la enfermedad: esta es quizás la herramienta más importante y la que mejores resultados está dando en integración con otras estrategias de manejo. Ensayos marcaron diferencias en el rendimiento a favor del tolerante, aun cuando el de peor performance era tratado con una secuencia de insecticidas.