En estos días, el campo santafesino vive momentos realmente difíciles. Se trata de una circunstancia muy particular, ya que convergen una de las sequías más intensas y generalizadas de la que existan memoria y registros, y una situación económica angustiante.
Los datos relevados por el INTA demuestran de manera clara y contundente las catastróficas pérdidas que se verifican en la producción de granos finos (la producción invernal), la severa afectación que experimentan las llamadas producciones regionales (carne, leche, avicultura, miel, entre otras), y la amenaza latente de que la cosecha gruesa (soja, maíz, sorgo y girasol, principalmente) no pueda desarrollarse bajo las condiciones necesarias para alcanzar una cosecha mínimamente aceptable.
Más aún, los cultivos tempranos están bajo pésimas condiciones, con un pronóstico muy sombrío. Y como si esto fuera poco, las condiciones económicas en el país parecen encaminarse en un continuo deterioro, con consecuencias sociales inimaginables.
«No resulta aventurado, entonces, asegurar que en este año y en la campaña en desarrollo, la provincia de Santa Fe reducirá de manera contundente su producción agropecuaria y, consecuentemente, los ingresos se verán disminuidos de manera proporcional», indicaron desde CARSFE. Y agregaron: «se trata de menos ingresos para los productores y toda la cadena agroindustrial y también para los estados de todo orden, municipales, provinciales y nacional.
Por eso, remarcaron que «urge tomar medidas» y solicitaron enfáticamente «la declaración de desastre agropecuario y que sea ratificada por el gobierno nacional». En ese sentido, reconocieron que si bien es una herramienta insuficiente, «es la única existente».
Además, advirtieron que se necesitan nuevas condiciones que permitan una rápida reacción productiva. «Hoy, las empresas agropecuarias están asfixiadas económica y financieramente, y será muy difícil retomar el camino del trabajo productivo si no hay un acompañamiento real y efectivo, que trascienda las declaraciones y se convierta en un estímulo real para la gente del campo», señalaron.
Es necesario aunar esfuerzos, sin distinciones políticas e ideológicas, con el propósito de recrear las condiciones necesarias para que hagamos lo que sabemos hacer: producir»
