A pocos días del inicio del verano, las altas temperaturas y el déficit hídrico cobraron gran protagonismo. Si bien pareciera que nos enfrentamos a un fenómeno poco usual, los especialistas insisten en que todos los veranos se caracterizan por presentar períodos en los que la falta de lluvias y las altas temperaturas se unen para complicar las cosas.
Así lo explicó Roberto De Ruyver –director del Instituto de Clima y Agua del INTA– quien no dudó en señalar que, “cualquiera sea el fenómeno que lidere –Niño o Niña–, el verano nunca se escapa de tener una cierta cantidad de días en los que se combina una ola de calor sin precipitaciones. Pasa todos los veranos y es normal.”
“Son muy comunes los períodos sin lluvias combinadas con olas calor”, repitió, al tiempo que reconoció que faltan precipitaciones que traigan alivio de la mano de un frente frio. “Cuando no llueve las temperaturas mínimas no bajan de 20°C/22°C en las zonas de calor y con esas mínimas elevadas, no hay descanso”, indicó De Ruyver.
“Cuando esto sucede, es inevitable que sufran los cultivos. Es normal y esperable”, subrayó, y recordó que, en la campaña 2019-20 sucedió algo similar. “Ese verano, que hubo buena disponibilidad de agua en general, los cultivos que necesitaron agua en su etapa crítica entre el 15 de febrero y el 10 de marzo tuvieron una merma en sus rendimientos”.
Por lo general, en los años con condiciones Niña, la influencia al déficit de lluvias sobre zonas productivas de la Argentina es notoria en primavera y este año, eso no pasó. Al contrario, –señaló el especialista– dado que “en octubre y, principalmente en noviembre, las buenas precipitaciones fueron una sorpresa por lo poco habituales en años Niña”.
De todos modos, destacó que “no todo el país sufre lo mismo, hay zonas con excesos locales en La Pampa y buen contenido de humedad en los suelos del sur de San Luis, extremo sur de Córdoba y el oeste noroeste de Buenos Aires, en donde hubo marcadas precipitaciones”. El resto de las áreas necesitan lluvias, aunque no se espera que ocurran, al menos, hasta mediados de enero.
Lo que se viene
Según el último informe del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, en general, no se esperan eventos significativos de precipitación para los próximos seis días. Sin embargo, podrían ocurrir lluvias y tormentas de variada intensidad de manera aislada. Con respecto a las temperaturas, indican que continuarían siendo elevadas sobre el centro y norte del país.
A su vez, los indicadores, tanto en el Océano Pacífico como en la atmósfera, muestran condiciones Niña. La temperatura superficial del agua en la región NIÑO 3.4 del Pacífico Ecuatorial indica anomalías negativas y se espera que el ENSO continúe en fase fría con intensidad entre débil a moderada durante el verano austral.