El maíz sufre en el centro norte santafesino: el temprano viene mal y se demora la siembra del tardío

Los maizales tempranos o de primera, en similar estado fenológico en el norte, centro y sur del SEA, reflejaron el impacto de la ausencia de precipitaciones con heladas, déficit hídrico y marcada amplitud térmica de elevados registros térmicos diarios padecidos.

Con el transcurso de las jornadas, ante dicho escenario ambiental y la incertidumbre climática futura, el sector productivo continuó con el picado del maíz temprano de acuerdo al estado de cada lote, pero en otros casos, analizó la posibilidad de destrucción de los cultivares y las parcelas liberadas destinarlas a la siembra de soja tardía, siempre y cuando se produzcan lluvias, dice el informe del Sistema de Estimaciones Agrícolas para el Centro Norte de la Provincia de Santa Fe, correspondiente al período comprendido entre el 21 y el 27 de diciembre de 2022.

Por otro lado, la siembra de maíz tardío no comenzó por la falta de agua útil en el perfil superficial del suelo.

Al inicio de la campaña gruesa 2022/2023 fue el cultivo que concentró la mayor atención y se estimó un considerable aumento en la superficie total que se implantaría, pero, finalizando el mes de diciembre, cada día que pasó se redujo la ventana óptima para dicho proceso y se incrementaron los riesgos para el logro de una buena cosecha.

Hasta el presente y ante los futuros pronósticos climáticos, solo se observaron interrogantes entre los productores de si se sembraría o no, ya que, junto a la soja tardía, serían los dos últimos cultivos que podrían implantarse.

En todos los departamentos del centro norte santafesino, la siembra continuó siendo la labor con más actividad realizada durante un par de jornadas, con la implantación de sorgo forrajero, sorgo granífero, algodón y soja tardía.

En el caso de la oleaginosa, las intenciones de siembra se estimaron en 580.000 ha, con un incremento del 8 % en comparación a la superficie alcanzada la campaña pasada.

En el período se logró un progreso del orden del 70 %, que representó aproximadamente unas 406.000 ha, con un adelanto intersemanal de 15 puntos y de 27 menos, al de la campaña anterior, para ambos intervalos.

La realidad de los girasoles no varió, la cosecha se realizó de manera normal y con buen ritmo de avance. Los rendimientos continuaron siendo bajos, de 6 a 8 qq/ha, en los lotes muy afectados por la falta de agua durante el transcurso de su ciclo.

En los sembradíos donde las precipitaciones fueron más abundantes y la etapa fenológica del cultivo al momento de la ausencia de precipitaciones, no era crítica, los rendimientos promedios oscilaron entre 10 a 18 qq/ha.

El algodón no escapó a la realidad ambiental enunciada en los informes anteriores y continuó el desarrollo de las plantas que, a la fecha, se las observó con menor estructura en comparación a la campaña anterior y en algunos lotes, su número por m lineal fue menor, dado algunos inconvenientes en la germinación.

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