«El objetivo es simplificar las tareas»

Ya se encuentra en pleno funcionamiento el nuevo tambo «José-Mar» de la familia de Jorge Bersano en el distrito San Antonio, en el límite con Presidente Roca. Tal como lo anticipó Nuestro Agro en su edición anterior, se trata de un establecimiento con sistema de ordeño voluntario con 4 robots con capacidad para ordeñar entre 260/280 vacas por día.
Las imponentes instalaciones constan de un galpón de ordeño de 800 m2 con 973 m2 de piso de hormigón, incluyendo una pista de comida de 144 metros. Además se instalaron oficina de reuniones y computadoras, sala de máquinas, sala para equipos de frío, generador de energía, sala para compresor y dos baterías de sanitarios. El total de metros cubiertos asciende a 920 m2.
Superados los primeros días de adaptación, el tambo con 120 ha disponibles, se encuentra trabajando a pleno aunque deben ingresar aún unas 80 vacas más que provienen de un segundo tambo que trabaja Bersano con su hijo José y el resto de su familia.
«Teníamos muchas expectativas con la puesta en marcha del tambo, no ha sido la fecha más indicada porque nos tomó en pleno verano, pero aceptamos los desafíos porque la obra se había retrasado como seis meses por la falta de algunos materiales», comenta Bersano. «Pero estamos muy contentos, aquí trabajó mucha gente, empresas, colaboradores y amigos y toda mi familia y vemos que los resultados son excelentes y nos sorprende la información que el sistema entrega durante cada ordeño». Resalta que «lo extraordinario de toda esta tecnología es la simplificación de tareas en lo que hace a la tradicional rutina de ordeño, los operarios sólo tienen que controlar cualquier anomalía en los equipos que cuentan con sus propios sistemas de seguridad, hay que estar frente al monitor de la computadora observando los datos del ordeño de cada vaca y cumplir con las tareas que ordeña el sistema, es realmente fantástico y todos estamos sorprendidos».
Bersano sólo tiene palabras de agradecimiento para todos los que trabajaron en el armado de la obra, para quienes lo asesoraron, resaltando la tarea de montaje de los técnicos de Lely que estuvieron acompañando hasta la puesta en marcha y ayudando en el proceso de adaptación de las vacas. «Ver que en pleno verano estamos teniendo vacas que dan entre 30 y 40 lts. por día nos llena de satisfacción». Agradece a los productores que le abrieron la tranquera antes de que tomara la decisión: a la gente de INTA Rafaela, a Gustavo Barra y familia, a Tito Bauducco e hijo, a Alejandro Mulhai y sra. (9 de Julio) a Carlos Turchi (Trenque Lauquen), a Oscar Chapado (Buge), Damián González (Tandil), La Polvorilla (Castelli); a Don Romualdo, a Don Nino; a Diego Gervigni (Córdoba) y a Natalini de Navarro.

Cuando la simplificación es clave
«Cuando nosotros comenzamos con esto, con el ordeño voluntario de la vacas mediante el robot, observamos que el enfoque desde esta tecnología era simplificar la rutina ante todo, simplificar la dieta por ejemplo, pero según se lo mire, para algunos será menos trabajo o para otros tener menos problemas y una vida más tranquila, depende de cada mirada. Lo que sí está claro que se trata de un cambio de paradigma, el tambero sabe que la vaca está mejor, come mejor, está más libre, nadie la arrea, en fin, convergen distintas miradas, comenta Patricio Logreco. El técnico de Lely agrega “este sistema en Argentina arrancó en 2018 con seis robots en sistema pastoril y en 2024 vamos a superar los 180 robots instalados, «todos los productores que empezaron fueron agregando más módulos, lo que indica el nivel de satisfacción que ofrece esta tecnología.»
En tres provincias, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe se han instalado robot Lely, el 50% está en sistema pastoril con suplementación y el restante 50% en confinados, los confinados están distribuidos entre compost y free estall, «no importa en qué sistema productivo se está produciendo porque lo que no importa es el robot, si es crucial la fiabilidad del robot, la simplificación de todas las labores, pero lo que sí exige es una buena lectura de la importante cantidad de datos que ofrece el sistema, son 120 datos por vaca que se observan en un monitor que tiene la asistencia de un sofware especialmente diseñado y muy fácil de operar.
Lely lanzó su primer robot en 1992, el año pasado se festejaron los 75 años de la empresa en Holanda y se pudo conocer que aún están funcionando robot de la primera generación con 25 años de funcionamiento, esta empresa ha sido la que mayor innovación incorporó en estos equipos.
Logreco dispara el interrogante: «pero nos preguntamos ¿cuán importante es el robot, es para producir más leche, es para que la vaca esté mejor? En este aspecto está comprobado que la vaca se comporta más como vaca, con un alto bienestar que incluye su libertad tanto para comer como para ordeñarse sin que nadie la esté arreando. Lógicamente, depende de cómo se maneja cada sistema, pero en sí lo que permite es que el animal siga con su biorritmo, esto permite que la vaca exprese mucho mejor su potencial. Al no interceder nosotros en la rutina, el tráfico libre, hace que todo el sistema esté pensado en la vaca, no basado en el robot y hace que el productor esté conociendo mejor sus vacas y no pensando en el robot. En síntesis, la tecnología sirve para gerenciar mejor las empresas pero en sí no es un objetivo, lo que se debe buscar son resultados, el robot se desempeña en función del biorritmo de la vaca. Lo que los productores están buscando es mejorar su producción, mejorar la alimentación forrajera, para que todo sea atractivamente económico y humano y pensando en quienes lo van a suceder».
Nos anticipa que próximamente más productos serán lanzados al mercado y que estarán relacionados con la alimentación y el manejo de efluentes, entre otros aspectos, enfatizando en que Lely sigue liderando en innovación.

Bersano eligió los robots marca Lely, de excelente performance.

Se sabe todo sobre cada vaca
En una breve descripción el médico veterinario Germán Zbrun del equipo técnico de Lely, comenta en la sala de cómputo cómo funciona el programa que dispone la computadora y se puede leer en la pantalla (monitor) en donde aparecen los datos de todas las vacas «Cuando abrís la compu te van a aparecer todos los datos del último ordeño, por un lado los datos de producción y en otro lado los datos personalizados de cada vaca y además te está indicando las tareas que deben encararse de acuerdo a los parámetros que se observan, ya sea, la detección de una vaca en celo, otra que puede estar con problemas en pezones o ubre, puede estar marcando anomalías en el rumen, etc. Se tiene la producción de leche de cada vaca y el promedio de leche semanal, la cantidad de ordeños por vaca, la cantidad de rechazos, por ejemplo por que la vaca aún no estaba en tiempo para ordeñarse o cualquier otro rechazo fallido que nos obliga a dar la orden de apartar la vaca, al cabo de tres rechazos el robot aparta al animal hasta que un operario observe las causas.»
Germán continúa con sus descripción que se ofrece sintetizada: «también, entre los 120 datos por vaca que entrega el programa, informa de la cantidad de concentrado que ha ingerido, si ha dejado un resto, también informa sobre los niveles de grasa y proteína, esto por el momento no lo hemos sistematizado porque aún se está en un período de adaptación y aún deben ingresar más vacas, en esta etapa se comenzó con el ordeño de 184 vacas y en 45 días se estará con un rodeo de 260; también el programa informa sobre el tiempo libre que tiene cada robot y el tiempo de ordeño, lo ideal es no tener más del 12% de tiempo libre, la idea es que el robot espere a la vaca, están las que son más lentas para ingresar al menos en esta primera etapa, especialmente las vaquillonas de primer parto.
Básicamente el sistema es sencillo de manejar, tanto a la mañana como a la tarde se cuenta con la información de las tareas que hay que realizar, hay una sección de informes sobre cada vaca, del rebaño, de las tareas en general incluyendo temas de salud de cada vaca, la curva de lactancias, minutos de rumia, fecha de secado, la producción total por día y el promedio semanal o mensual y muchos otros datos individualizados que vamos a ir cargando en la medida que el rodeo esté adaptado por completo, aunque en apenas 10 días las vacas ya no necesitaron ser guiadas. El período más tranquilo es entre las 3 y 4 de la madrugada que están descansando. Cada robot cesa su actividad dos veces al día para dar curso a la limpieza.
El complejo ya tiene un sistema de tratado de los efluentes que se van decantando en distintas piletas separándose líquidos y sólidos que se reutilizan para fertilizar.

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