La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) estimó que, en 2021, el aporte del campo y la agroindustria al Producto Bruto Interno (PBI) creció hasta el 25,6%, desde el 24,1% que había generado en 2020.
Significa, en resumidas cuentas, que uno de cada cuatro dólares que se producen en la economía argentina es aportado por el agro, lo que equivale a unos U$S 105.091 millones.
Un dato sobresaliente es que ningún sector económico aporta más que éste: según los cálculos de FADA, la actividad comercial mayorista, minorista y de reparaciones le sigue en importancia con el 13%; la industria manufacturera no agropecuaria de productos como autos, prendas de vestir, maquinarias, entre otros, suma 11,7%; la actividad inmobiliaria, 10,6%; y salud y educación, 10,5%.
“El aporte de las cadenas agro sobre el PBI nacional creció en 1,5 puntos porcentuales; es decir, en 2021 se aportó más que en 2020. Este 25,6% actual es la segunda participación histórica más alta, desde 2004 a 2021, por encima del 22,9% promedio de ese período. Esto demuestra la importancia de que el agro crezca, pero también que el resto de la economía traccione”, explicó Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.
Dentro de la composición del PBI de las cadenas agroindustriales se destacan, como las principales ramas de actividad que aportan al mismo, la actividad comercial, con el 25,9%; la producción de alimentos y bebidas, con un 24,7%; la agricultura, con el 19,2%; la ganadería, con el 8,4%; y los servicios conexos, con el 6,3%.
Para el economista jefe de FADA, David Miazzo, una cuestión importante es que las cadenas agroindustriales aún tienen potencial para crecer, “aún más en un contexto internacional que demanda y paga más por lo que producimos y exportamos, como granos, carnes y productos de las economías regionales”, remarcó.
¿Qué se necesita para eso? “Las condiciones pasan por lograr algún nivel de estabilidad macroeconómica, menor inflación, emisión monetaria y gasto público, menor nivel de presión fiscal y trabas burocráticas, mayor inserción internacional y disponibilidad de crédito accesible y de largo plazo”, respondió Miazzo.
No obstante, destacó también que no es solo cuestión de apostar al campo. “Para lograr un país con mayor desarrollo se necesita del campo y su industria, pero también del resto de las industrias, el comercio, los servicios, la energía, el turismo y las actividades relacionadas a la economía del conocimiento y para eso es necesario generar el contexto propicio a nivel nacional”, manifestó.
Por otra parte, los economistas también apuntaron contra el “mito” de que la producción primaria no genera valor agregado. “No es así: del valor que produce la producción primaria en Argentina, un 49% es valor agregado. Hay que desterrar la creencia de que el agregado de valor sólo se da en las etapas industriales, ya que la producción primaria en sí misma es agregado de valor. De hecho, cabe mencionar que se habla de producción primaria, no por ser una producción más básica, sino por ser la primera etapa en una cadena productiva”, aclaró Miazzo.