El presidente de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe manifestó su preocupación por la situación inestable que generan las medidas de fuerza de ATILRA y que pueden forzar a la industria a no recolectar materia prima normalmente.
“Nosotros somos los convidados de piedra en este conflicto, que es una puja de larga data entre los trabajadores y las industria láctea, porque los perjudicados mayormente terminamos siendo los productores y los consumidores”, expresó el dirigente Fernando Córdoba, en diálogo con el programa radial “Adn Rural”.
“En estos últimos días hubo quite de colaboración y un paro de 24 horas, que se solucionó provisoriamente con una Conciliación Obligatoria pero nosotros estamos intranquilos porque si esto sigue así, eventualmente se puede llegar a dar el caso de que se termine tirando leche”, anticipó. “Si se da otra medida de fuerza más allá de las 72 horas, nosotros tenemos capacidad para guardar la leche sólo un día o a lo sumo dos, en algunos casos pueden ser tres si consideramos lo que se deposita en los camiones, después de eso si los trabajadores deciden no descargar la leche, no queda otra alternativa para guardarla y se terminará tirando”, explicó Córdoba.
Dos problemas adicionales se generan cuando se interrumpe la recolección de leche: por un lado la acidificación de la materia prima por la conservación que permanece en tanques de frio por más de 24 horas y por el otro la logística que se complica en zonas más alejadas o por falta de capacidad en los tambos. “En mi caso, retiraron la leche del lunes pero no la del martes, porque me avisaron que estaban atorados de camiones y tuve que esperar hasta el miércoles”, contó el presidente de MEPROLSAFE.
“No creemos que sea la manera de reclamar, a nosotros el precio en dólares también nos viene bajando desde hace cuatro meses pero no se puede jugar con un producto perecedero, por eso pienso que en estos momentos lo del gremio pasa a ser una extorsión hacia la industria; industria que por otra parte también fue culpable en algún momento por haber concedido demasiados beneficios como el bendito bono solidario, porque esa plata de algún lado sale, o ajusta para arriba con el consumidor o ajusta para abajo con el productor”, sostiene Córdoba. “Es muy fácil ser bueno con plata de otro”, afirma el dirigente tambero, quien propone “juntar a toda la cadena y analizar de qué forma se reparte lo poco que queda en la cadena”.
Según adelantó, este tema también será tratado en la primera reunión que tengan con el Director Nacional de Lechería, Jorge Videla el próximo 29 del corriente vía zoom.
En un marco de mayor volumen de producción nacional, con ventas minoristas en baja y condiciones para exportar poco convenientes debido a las retenciones y el tipo de cambio ficticio que no refleja los costos logísticos, la cadena láctea suma este conflicto con ATILRA, un gremio que nunca vacila a la hora de profundizar sus medidas de fuerza con tal de conseguir su objetivo de aumentos salariales.
INGRESOS DE 107.000 PESOS
Desde la industria láctea, el presidente del CIL, Miguel Paulón, se refirió al reclamo del gremio describiendo una situación: “no podemos seguir subiendo precios al consumidor para poder recomponer algún factor de la producción como ser el caso de la mano de obra; que a su vez es una rama del trabajo que si la comparamos con otras de la economía nacional, posee una diferencia sustancial en el ingreso bruto”. Y detalló: “el valor promedio del salario en la rama láctea es de 107.000 pesos, mientras que en el resto de los rubros el promedio da 62.000 pesos mensuales; creemos que es una diferencia apreciable”.