El Poder Ejecutivo Nacional envío el proyecto de presupuesto para el año 2021 y desde FIFRA manifestaron su disconformidad con la «no inclusión» de la modificación al artículo 28 de la Ley al Impuesto al Valor Agregado incorporando el numeral b.1 «para que el servicio industrial que presentan las plantas de faena de animales estuvieran gravadas con la misma alícuota que las especies citadas en el punto 1 del inciso a), es decir, las especies bovina, porcinas y aviar». Por eso, el presidente de la entidad Daniel Urcia afirmó que enviarán notas a los legisladores solicitando que se incorpore la corrección «que no acarrea costo fiscal y significa un paliativo para evitar saldos técnicos y mejorar el ambiente de ordenamiento».
También consideró que hubiera sido importante que se prorrogara en su debido momento el régimen de exportación de cueros crudos sin retenciones. «Se dio el caso de frigoríficos radicados en el NOA, los más olvidados por el sistema, que tuvieron que pagar derechos de exportación para honrar su obligación contractual y por caso exportaron un contenedor con aproximadamente 1.000 unidades (25.000 kg.) de cueros en US$18.000 y tuvieron que pagar un tercio en impuestos», contó. Y agregó: «con el resultado de esa operación se debían pagar todos los costos de salariales, de salado o la logística, entre otros; en conclusión, la pérdida fue total y lo más lamentable es la desazón que genera en todo el ambiente de una provincia que no se caracteriza por tener flujo exportador».
Con respecto a la faena de agosto, Urcia señaló que el promedio diario fue de 59.785 cabezas mostrando un excelente nivel de actividad que ayuda a amortiguar los mayores costos pero que no se traduce en rentabilidad.
«El impacto económico de la pandemia es grande. Llevamos 180 días operando con menos personal pero sin faltar en ningún momento al pago de los compromisos salariales. Se opera con ausencias por personal enfermo o por contacto cercano a contagiados con Covid-19 y eso deriva en asilamientos preventivos a los que se suman los problemas logísticos para el traslado y el reparto de carne generan costos adicionales», explicó. En este contexto, señaló que el cuero no tiene valor y los demás subproductos presentan precios muy bajos, lo que empeora la ecuación. «Todo eso se traduce en pérdidas económicas para las empresas», aseguró.
Por el lado de la exportación hubo un incremento en las ventas respecto del año pasado pero a menores precios, viéndose afectado también este sector industrial que debe afrontar los mayores costos antes señalados.
Y concluyó: «como ya dijimos, somos un sector que está trabajando pese a la pandemia, que puede pagar sus compromisos en tiempo y forma pero no debe caerse en el error de creer que por el nivel de actividad estamos ante un sector sin problemas, por el contrario los costos son crecientes y la renta cada vez más chica.