Voracidad al palo: los números de FADA muestran que creció la participación del Estado en la renta agrícola

La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina(FADA) dio a conocer su medición trimestral sobre cuánto de la renta agrícola queda en manos del Estado. El número creció 1,6 puntos porcentuales respecto al trimestre pasado y marca que de cada $100 de renta del productor (ingresos menos costos), $63,40 quedan para distintos niveles de gobierno. “¿Por qué subió?  Impuestos y más impuestos. La mayoría (el 68%) son nacionales no coparticipables, es decir, son recursos que se le están quitando a las ciudades del interior, principalmente por los Derechos de Exportación”, explica David Miazzo, Economista Jefe de FADA.

El Índice FADA ofrece distintas mediciones: el promedio de cultivos ponderado a nivel nacional marcó 63,4%, pero también muestra cómo se da en distintos granos. En el caso de la soja es del 67,5%, maíz 55,5%, trigo 59,6% y girasol 49,8%. En cuanto a los índices provinciales, Córdoba registra un 63,1%, Buenos Aires 61,4%, Santa Fe 61,1%, La Pampa 62,9%, Entre Ríos 66,0% y San Luis 62,1%.

¿Por qué subió?

La principal razón por la que subió el índice es que se incrementaron los costos de los insumos. Dentro de los insumos, los fertilizantes han presentado aumentos anuales de hasta el 50%. Pero los que más subieron fueron los fitosanitarios, algunos han mostrado alzas de precios anuales mayores al 50% y hasta el  100%.

“¿Por qué una suba de costos hace incrementar la participación del Estado? Porque los mayores costos hacen reducir la renta, pero los impuestos no se reducen en la misma proporción. Esto pasa porque el principal impuesto son los derechos de exportación que se calculan sobre el precio de los productos y no sobre las ganancias que genera la producción”, aclara Miazzo.

La actividad es federal, los impuestos no

La participación del Estado está compuesta por impuestos nacionales, provinciales y municipales, algunos coparticipables y otros no. “Uno de los grandes problemas es que la gran mayoría son nacionales no coparticipables, son recursos que se producen en el interior, pero no llegan a las ciudades y podrían traducirse en obras, empleo e inversión en el interior productivo”, advierte Miazzo.

Los impuestos nacionales no coparticipables representan el 68% del total de impuestos que afronta una hectárea agrícola en Argentina. Acá están principalmente los derechos de exportación, a los que se le suma el impuesto a los créditos y débitos bancarios. Este es el mayor nivel desde 2019, momento en que FADA comenzó a medirlo como parte de este informe.

Los impuestos nacionales coparticipables entre nación y las provincias representan el 26,7%, principalmente impuesto a las ganancias (neto del impuesto a los créditos y débitos) y los saldos técnicos de IVA.

Las provincias reciben parte del 26,7% como coparticipación, y también recaudan diversos impuestos. Los impuestos provinciales explican el 4,7% de los impuestos totales.

Por último, lo recaudado por los municipios representa el 0,6% de los impuestos en el Índice FADA promedio nacional. El componente central de los mismos son las tasas viales o las guías cerealeras, de acuerdo a la provincia.

Costos y tipo de cambio

“En las actividades exportadoras, como la producción de granos, es muy importante el tipo de cambio real porque hace a su competitividad. En los últimos 12 meses el tipo de cambio real ha caído, porque la inflación ha sido mayor a la suba del tipo de cambio oficial. Mientras que la inflación fue del 51,8% el dólar oficial subió un 30%. Esto es lo mismo que decir que el dólar se atrasa respecto a la inflación. En la producción de granos, el efecto que genera es que sube los costos en dólares de fletes y labores”, advierte Miazzo.

El índice analiza también la estructura de costos de acuerdo a la moneda en que se pagan: un 53% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados mientras que si se considera el costo de la tierra pasan a representar el 65%.

En el caso del maíz, como los fertilizantes y semillas tienen más peso que en el caso de la soja, los costos dolarizados ascienden al 58% y si se considera el costo de la tierra, el peso de los costos dolarizados asciende al 65%.

“En términos de costos hay algunas luces amarillas, en el último año: los precios de los fertilizantes han aumentado hasta un 50% en dólares, los precios de los fitosanitarios han tenido incrementos que superan el 50% en dólares en algunos casos, el gasoil ha sufrido aumentos de precios superiores al 70%, los costos de labores se han incrementado en un 70% y los fletes muestran aumentos cercanos al 85%”, sostiene Miazzo.

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