La altura del Río Paraná en el puerto de Rosario ha descendido hasta 0,40 metros de profundidad, nivel que no se registraba desde hace casi 50 años. Esto implica enormes problemas logísticos, de transporte y de industrialización.
Semana a semana, la bajante del Paraná continúa agravándose por el déficit de lluvias hacia el norte de Argentina y en Brasil y, para peor, se espera que la situación empeore en el corto plazo. En la última semana, la altura del rio medida por el hidrómetro ubicado en Rosario tuvo un fuerte descenso de 0,34 m, para ubicarse al miércoles 22 a las 00.00hs en los 0,4 m, el guarismo más bajo desde 1971, y sin antecedentes para el mes de abril desde que comienzan los registros en 1884. Este nivel resulta, además, muy inferior al mínimo de 2,47 metros que tiene que registrarse a la altura de Rosario para que Hidrovía S.A. tenga la obligación de garantizar los 34 pies de calado.Desde la última semana de febrero, que marcó un promedio de 2,65 m, los promedios semanales de la altura del Paraná vienen cayendo sin interrupción. Más aun, según el Instituto Nacional del Agua, se espera que el rio continúe bajando, oscilando alrededor de los 0,3 m en la semana próxima. En la semana última, solo se destacaron lluvias de alguna importancia sobre la cuenca media del río Paraguay y sobre la cuenca misionero-paraguaya del río Paraná, sin alcanzar montos suficientes como para mejorar el cuadro general. El organismo descarta ya la posibilidad de una normalización en la altura del Paraná por lo que resta del otoño. Vale destacar, sin embargo, que incluso con estos valores, la determinante (el calado máximo permitido al despacho del buque) del 23 de abril está en 30’04’’ para las terminales portuarias ubicadas entre San Lorenzo y Timbúes en Zona Norte y 30’04” y 31’06’’ en la Zona Sur de Rosario, 4 pies (o 1,20 m aproximadamente) por debajo de esos 34 que en condiciones normales garantiza Hidrovía S.A., cuando el río se ubica 1,92 m debajo de la marca de actuación, demostrando un esfuerzo en las labores de dragado. Importante perjuicioLos efectos de la bajante del Río Paraná resultan multidimensionales. En el plano económico, por su impacto sobre el principal complejo exportador de la economía argentina, así como también en otras actividades fundamentales para la subsistencia de la región como la pesca, la potabilización de agua, pero también en lo ambiental al afectar el ecosistema del río.Centrándonos en lo que hace efectivamente al complejo agroindustrial exportador del Gran Rosario, los problemas logísticos, de transporte y de industrialización implican una pérdida para la economía argentina de US$ 244 millones en el primer cuatrimestre de 2020, al resentir la navegación y carga máxima de los buques y barcazas en las terminales portuarias del Gran Rosario, epicentro de la agroindustria argentina.