La firma de capitales canadienses con casa central en Rafaela desbancó del primer lugar en recepción de leche cruda, a la emblemática La Serenísima. Según lo demostró en los últimos años con un crecimiento sostenido, la ex Molfino merece el lugar que ocupa en la lechería argentina.
A nadie sorprende que Saputo (ex Molfino) haya llegado a la cima del ranking de industrias lácteas que procesan en el país, según el relevamiento informado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA). Era cuestión de tiempo para que superara a la única que le hacía sombra desde el volumen receptado, pero con una visión del negocio y la eficiencia operativa, que no dejaban lugar a dudas del lugar que merecía.
En primer lugar, la firma de capitales canadienses con sede central en Rafaela, posee un gerenciamiento de primer mundo, con un bajo perfil mediático y alejada de los conflictos gremiales y las coyunturas críticas del sector, se enfoca desde hace años en una misión muy clara del negocio: la eficiencia de procesos, de la mano de una gestión ordenada a la hora de las inversiones y liderando los mercados estratégicos que le permiten crecer sostenidamente.
En Argentina, Saputo posee dos plantas, en Tío Pujio y en Rafaela, desde donde se provee de su mayor porcentaje de materia prima. Sus productos, bajo las marcas La Paulina, Molfino, Ricrem y Saputo, entre otras, quizás no tengan el marketing de otros lácteos con mayor penetración en el mercado interno, pero conllevan la impronta que la diferencia del resto: la eficiencia de procesos.
Con una dotación de personal altamente capacitado y tecnología de primer mundo, sumado al management internacional, procesa más litros que su inmediato competidor y con un tercio de los empleados. Esto le da una eficiencia estimada de 3.800 litros por operario por día, una de las tres performances más elevadas del sector.
Posee además, un fuerte perfil exportador, que con cada año que pasa mejora su nivel de agregado de valor, siendo hoy el principal exportador de quesos de Argentina, especialmente muzzarella. En tanto su inmediato competidor, si bien también es un gran exportador, está más atado al valor del commodity leche en polvo, al tiempo que lidia con un mercado interno (en donde lidera) con fuertes regulaciones estatales y controles de precios que debilitan su poder de compra de materia prima.
Una empresa global
En el mundo, Saputo es el séptimo jugador más importante del sector lechero, con 67 fábricas, 18.600 empleados y una cartera de productos que se exportan a 60 países. Capta anualmente más de 10.500 millones de litros, que casi equivalen a toda la producción argentina de un año, y una facturación global de aprox. 15.000 millones de dólares.
Es líder absoluto en Canadá; el mayor procesador de productos lácteos en Australia; el tercer fabricante de quesos en EEUU; el principal fabricante de quesos de marca en Reino Unido; y desde esta semana, la industria láctea más importante de Argentina. Según la Bolsa de Toronto, su valor accionario asciende a 14.500 millones de dólares.
En el plano interno, su ascenso como líder data de hace varios años, cuando a causa de la debacle de SanCor en la principal cuenca lechera del país, comenzó a captar grupos de productores que huían de la decadencia de la gran cooperativa, usufructuando esa sangría lejos del poder de compra de la zona de Mastellone. Así, llega hasta estos días con un promedio sostenido superior a los 3,5 millones de litros diarios receptados.
Del conglomerado de usinas en Santa Fe y Córdoba, Saputo fue la que mejor aprovechó la caída de SanCor, multiplicando su recepción por tres desde que los capitales canadienses hicieron pie en la zona de Rafaela allá por 2003, cuando adquirieron la por entonces emblemática industria de Molfino Hnos.
Desde ahora (y quizás por mucho tiempo), la multinacional canadiense es la líder láctea en cuanto a recepción y procesamiento, promediando casi los 3.790.000 litros diarios, contra los 3.450.000 estimados para Mastellone. La gran diferencia es que mientras la rafaelina va en franco ascenso, la de Gral. Rodríguez va en sentido inverso.
Desde el ranking de junio de 2021, cuando quedó en segundo lugar con 85.000 litros por debajo de La Serenísima, solo necesitó 12 meses para incrementar 140.000 litros más y pasar a su competidor inmediato, que en el mismo período perdió la estrepitosa cifra de 290.000 litros.
El análisis del ranking
El nivel de concentración industrial se suele medir en los países lecheros, utilizando el Índice Cr4, es decir, lo que suman las cuatro principales empresas respecto del volumen total de recepción y ver así cuánto concentran del negocio. Según este ranking, “el Cr4 alcanzó en Argentina al 30,5%, cuando en el mundo lechero las cuatro empresas más grandes procesan entre el 50 y el 97% de la producción total”.
Este valor porcentual suele tener dos lecturas contrapuestas posibles, según los analistas de la cadena, cuando el Cr4 es bajo, dicha atomización del volumen total favorece la competencia de compra de la materia prima, generando un mercado más transparente, pero también es cierto que cuando el Cr4 es elevado, las empresas más grandes adquieren una competitividad que en el plano internacional marca la diferencia y allana el camino para poder crecer en exportaciones y desarrollar una cadena de valor en expansión.
Según este ranking, “la principal empresa en Argentina (Cr1) recibió el 11,9% de la leche total, ese valor en los principales países lecheros mundiales está en el rango del 25 al 90%”, según el perfil exportador que cada país tiene. Pero “a mediados de los años 90 en Argentina el Cr1 era del 18% y el Cr4 del 50%”, señala el OCLA, refiriéndose a lo que significaba en ese momento tener a SanCor como la empresa número uno del país bajo un sistema cooperativo, mientras que el resto de sus seguidores eran plantas mucho más representativas en cuanto a recepción.
Sin embargo, en este nuevo escenario “el sistema cooperativo en materia de recepción de leche representa hoy menos del 5%, cuando en el año 1994 recibía el 35% de la leche del país”, y aclara que “casi el 50% de la leche en los principales países lecheros del mundo la manejan las cooperativas”. El caso más emblemático es Fonterra, en Nueva Zelanda, por citar un ejemplo conocido. “Cabe acotar que, como sector de producción primaria, las Cooperativas concentran en Argentina alrededor del 25% de la producción total de leche”. Esto es así, porque principalmente en Córdoba y Santa Fe, estas entidades continúan existiendo pero con las ventas dispersadas en diferentes industrias lácteas, no necesariamente de gestión cooperativa.
Yendo a un análisis comparativo, “el índice Cr1 se mantiene y el Cr4 disminuye respecto a los tres años anteriores en los que se elaboró el ranking del OCLA. Estas cifras evidencian una gran atomización en el recibo/procesamiento de leche en Argentina, que lejos de disminuir se acrecienta”. Esto puede leerse como el fortalecimiento de las pymes que fueron desarrollándose en los últimos años, o como el debilitamiento de las grandes que perdieron terreno frente a la “atomización” citada.
Otra lectura interesante es que la industria de origen nacional sigue siendo mayoritaria, en relación con las procesadoras de origen extranjero. “Dentro de las 10 principales industrias, el 36% de la producción recibida está en manos de empresas multinacionales (con sus casas matrices en otros países)”, apunta el OCLA, refiriéndose a Saputo, Adecoagro, Nestlé y Corlasa.
En efecto, si se observa la variación mínima, promedio y máxima de las empresas del ranking comparada con la variación total de la producción país que estima la Dirección Nacional Láctea, del MAGyP, en el período 2021-2022 vs. 2020-2021, en el promedio diario, se advierte algo particular. “La producción de leche de las empresas consideradas en la muestra del ranking cayó levemente (en promedio ponderado un -0,4%) aunque con gran dispersión en las variaciones interanuales entre las mismas (de +17,2% a -15,7%). La variación total país estimada por la DNL MAGyP, creció un 2,6%, con lo que puede ocurrir que las empresas fuera del ranking (38,5% del total) crecieran alrededor de 7% en el año, lo cual implicaría una fuerte traslación de leche de las empresas más grandes al sector Pyme y/o que existe una sobrestimación en la producción fuera del ranking (empresas que no informan la producción en función de la Resolución N° 229)”, aclara el OCLA.
Santa Fe en el “top ten”
La provincia continúa siendo la más lechera del país, con mayor cantidad de vacas, de tambos y también de industrias líderes, tal como se expresa en este ranking. De las 10 principales, cinco son oriundas de la cuenca lechera central de Santa Fe.
Además de Saputo, la otra gran industria también rafaelina, es Sucesores de Alfredo Williner (Ilolay), que conservó el tercer lugar del ranking, detrás de Mastellone, pero perdiendo unos 13.000 litros de leche aproximadamente de un año para el otro.
Luego aparecen García Hermanos Tregar (Gobernador Crespo) en el octavo lugar; Verónica (Suardi, Lehmann) en el noveno puesto; y Corlasa Gloria (Esperanza) cerrando el top ten.
Una de las empresas santafesinas que salió del top ten, respecto del último ranking de 2021, fue Milkaut (Franck) que cayó al puesto once, luego de que en los últimos 12 meses perdiera unos 40.000 litros promedio.